La ranita del blanqueo
Mauro López Herrera
Le apunto tan bien
que presiento que no
le voy a fallar.
La piedra de mi hulera, resortera,
o como se llame
siempre pegaba en el blanco.
Desesperada brincoteaba
sobre la sucia agua
en el fondo de aquella
alberca abandonada.
La piedra que lancé,
golpea exacto a la cabeza de aquella ranita
cae sin vida, moviendo sus patitas sin control.
Pobrecita ya no nadará
sobre esa agua
verdosa y llena de lama.
Tan bonita que se veía
en esa esquina profunda
Y pensar que
Ella sólo quería salirse
de aquel horrible lugar.
Ansiaba librarse de aquellas piedras
que lanzaba con mi arma,
hulera, resortera o como se llame.
que presiento que no
le voy a fallar.
La piedra de mi hulera, resortera,
o como se llame
siempre pegaba en el blanco.
Desesperada brincoteaba
sobre la sucia agua
en el fondo de aquella
alberca abandonada.
La piedra que lancé,
golpea exacto a la cabeza de aquella ranita
cae sin vida, moviendo sus patitas sin control.
Pobrecita ya no nadará
sobre esa agua
verdosa y llena de lama.
Tan bonita que se veía
en esa esquina profunda
Y pensar que
Ella sólo quería salirse
de aquel horrible lugar.
Ansiaba librarse de aquellas piedras
que lanzaba con mi arma,
hulera, resortera o como se llame.
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